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jueves, 20 de agosto de 2015

LA FORMULA DE CONNY MENDEZ


                    

La mente humana contiene una acumulación de opiniones, convicciones o conceptos errados –contrarios a la verdad  que se encuentran en conflicto con los Principios básicos de la Creación- y que están constantemente manifestándose, en las condiciones externas, todas las calamidades, sufrimientos que aquejan al ser humano y al mundo en general; enfermedades, accidentes, dolencias,  escasez, fracasos y muerte.

Nada de eso se ajusta a la Verdad del Ser. Existe la manera de borrar todas esas creencias falsas y de sustituirlas por correctas, que no solamente produzcan condiciones y circunstancias positivas, buenas, felices,  sino que, una vez corregido el error y establecida la Verdad en el subconsciente, nunca más podrán volver a suceder las cosas negativas en nuestra vida.

La orden ha sido cambiada. El imán ha cambiado de polo. Es absolutamente imposible atraer algo que no encuentre ya su correspondencia en nosotros.

La fórmula es:

Cada vez que te ocurra algo que no deseas, enfermedades, accidentes, cuando te ofendan, te molesten, simplemente seas la causa de algún mal hacia otro o hacia ti mismo, cualquier situación en la que sufres y no estas contento, ni satisfecho.

Piensa y luego repite en voz alta: 

" No lo acepto. Lo Niego, Lo Rechazo". 

No te alteres, no le pongas énfasis a lo que dices; simplemente dilo con toda calma.

Con la Fe que debe darte el saber que tu palabra es una orden que tiene que ser cumplida incondicionalmente. Tú no ves el cambio que ocurre en ti en ese momento. Tal vez no veas el resultado inmediato en el exterior, a menos que estés muy atento a las pequeñas señales pero de acuerdo con el grado de Fe y de convicción que sientas al formular la negativa, así será el resultado. 

Si tu Fe y convicción son fuertes, el resultado será instantáneo, como un milagro.

No se puede dejar el "hueco" vacío, o medio vacío. Hay que llenar inmediatamente el espacio desocupado. Al terminar de expresar la negativa tienes que "afirmar la verdad".

"LA VERDAD"

"La Verdad" es la imagen nueva que ha de grabarse y reproducir únicamente el Bien para toda la eternidad. Nos interesa que esta imagen sea lo mejor posible.
Que constituya la voluntad de Dios, pues Dios es la Verdad y el Bien.
Tal como enseño Jesús, en el hombre está Dios. En todo hombre hay un ser divino.
El ser divino es la Verdad tuya, mía y de todos.



El es perfecto, bello, no envejece, no se enferma, no peca, no muere, no sufre, no lucha, no le falta por aprender, todo lo sabe, no falla jamás, no cambia jamás, no teme, no duda y está atento en todo instante a nuestra más insignificante plegaria. 

Es la verdad perfecta. 

Es Amor

Es Inteligencia

Es Vida

Es Verdad

Es Alma

Es Espíritu 

Es Principio

Es las Siete Fases de Dios

Porque el ser Divino es Hijo de Dios, una célula de Dios mismo Esto no es Panteísmo. El hombre no es Dios; así como una gota de agua de mar no es el mar; pero en una sola gota de agua de mar se encuentran todos los componentes del resto del mar. Ella es una célula del mar.

Como nuestra conciencia esta adormitada (restringida como un botón de rosa que se va abriendo poco a poco), no sabemos determinar exactamente lo que es el Bien y la Verdad.
Quisiéramos que alguien nos lo indicara, nos enseñara y nos dictara la imagen que debemos grabar. Ese "alguien" lo tenemos en el Ser Divino.

CONOCE LA VERDAD

Así Jesucristo, el más grande de todos los Maestros dijo:

“Conoced la Verdad y ella os hará libres”  
( San Juan: 8.32). 

La Verdad, la ley suprema es La Armonía Perfecta, la belleza, la bondad, la justicia, la libertad, la salud (Vida), inteligencia, sabiduría, amor, dicha. Todo lo opuesto es apariencia. Es contrario a la ley suprema de la Armonía Perfecta luego es mentira porque es contrario a la Verdad.

Tu “YO” superior es perfecto. En este momento y siempre ha sido perfecto. No puede enfermarse porque es VIDA. No puede morir por la misma razón. No puede envejecer. No puede sufrir, No puede temer, No puede pecar, No tiene que luchar, No puede cambiar jamás, Es bello, Es amor, inteligencia, sabiduría, dicha. Esa es la verdad. Es tu verdad, la mía, la de todos los seres humanos, ahora mismo.

No es que el ser humano sea Dios. Así como una gota de agua de mar no es el mar. Pero contiene todo lo que forma y contiene el mar, en un grado infinitesimal; y para un átomo, esa gota de agua es un mar.

Cualquier cosa que estés manifestando; que te esté ocurriendo contraria a La Armonía Perfecta, o que tú misma estés haciendo o sufriendo contraria a la Armonía Perfecta, se debe a un creencia errada que tú creaste, ya lo sabes, y que por reflejo estás lanzando hacia fuera y atrayendo su igual, del exterior. No tiene nada que ver con tu YO superior. Este continúa perfecto. Sus condiciones y su situación son perfectas.

Ahora, en cada una de las circunstancias enumeradas más arriba, debes recordar lo que te acabo de decir, primeramente, y luego decir mentalmente o en voz alta, como quieras, 

“No lo acepto”. 

Dilo con firmeza pero con infinita suavidad.

Los trabajos mentales NO NECESITAN de la fuerza física. Ni el pensamiento ni el espíritu tienen músculos.. Cuando tú digas 

“No lo acepto”

hazlo como si dijeras “No me da la gana”, tranquilamente, pero con la misma convicción y firmeza, sin gritar, sin violencia, sin un movimiento, sin brusquedad ¿Me hago comprender?

Después de haber dicho 

“No lo acepto”

recuerda que tu YO superior es perfecto; que sus condiciones son perfectas. Ahora di:

”Declaro que la Verdad de este problema es: 

(armonía, amor, inteligencia, justicia, abundancia, vida, salud, etc., cualquiera que sea lo opuesto a la condición negativa que se esté manifestando en ese momento). 

Gracias Padre que me has oído”.

No tiene por qué creer ciegamente lo que estás leyendo. Debes comprobarlo tú misma. En el lenguaje metafísico esto se llama “un tratamiento”. Después de todo tratamiento hay que conservar la actitud que se ha declarado. No se puede uno permitir que entre la duda respecto a la eficacia del tratamiento, ni se puede volver a expresar en palabras los conceptos, opiniones y creencias de antes, porque se destruye, se anula el tratamiento.

El propósito es el de transformar el patrón mental que ha estado dominado en el subconsciente, o sea, el clima mental en que has estado viviendo, con toda su serie de circunstancias negativas. 

San Pablo dijo:  


“Sois transformados por la renovación de vuestra mente” 
(Romanos: 12, 2).

 Esta renovación se hace cambiando cada creencia antigua a medida que vayan presentándose ante nuestra vida (o a nuestra conciencia), en conocimiento de acuerdo con la Verdad. Hay convicciones que están tan arraigadas que son lo que se llama en el lenguaje metafísico “cristalizaciones”.

Estas requieren más trabajos que otras. Pero cada “negación” y “afirmación” que se haga respecto a estas cristalizaciones va borrando el diseño original hasta que desaparece totalmente y no queda sino la Verdad. 

Verás los milagros que ocurren e tu vida, en tu ambiente y en tus condiciones. Tú no tienes defectos sino apariencia de defectos. Lo que ves como defectos morales o físicos son transitorios porque al “conocer la verdad” de tu YO verdadero, tu Cristo, tu Ser Superior es perfecto hijo de Dios hecho a semejanza del Padre, comienzan a borrarse las imperfecciones que tú estás presentándole al mundo. 


Las expresiones de Dios son infinitas. Tú y yo somos sólo dos de esas infinitas expresiones. Tu Cristo es un ser inteligente que te ama con delirio y que tiene siglos esperando que lo reconozcas. 

Llegó el momento. 
Háblale, 
consúltale 
espera sus respuestas. 
Es el guía  
El Maestro único para ti. 
Cuando tú llegues 
comprender, 
aceptar 
realizar esta verdad, 
será el nacimiento 
de 
Cristo para ti. 

Es lo que está profetizado para esta era. 
Es el Mesías. 
No es que Jesús vuelve a nacer ahora. 
Es que cada uno va a encontrar 
el 
Cristo en su conciencia  
en su corazón. 
Por eso lo llamaron 

“Jesucristo”.



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