LEY O PRINCIPIO DEL RITMO
La Ley del
Ritmo dice:
"Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación"
"Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación"
En el Universo todo tiene un movimiento similar al de las
olas, de avance y retroceso. Los científicos ya han comprobado este movimiento
a través de la evolución de los planetas, las estrellas, los soles, y demás. La
vida tiene movimiento pendular y el proceso de nacimiento, crecimiento,
desarrollo y muerte se repite incesantemente en todo.
El mismo movimiento que se da en el plano físico, también se
da en los planos emocional y mental. Esto quiere decir que tanto nuestro humor
como nuestros pensamientos también responden a ese ritmo. Como ejemplo, podemos
decir que después de un período de gran tristeza, pesadumbre o dolor, se sucede
otro lleno de gran alegría, felicidad y satisfacción. A veces, los cambios de humor
se dan en el mismo día; uno se siente optimista y alegre, y al rato, triste y
preocupado. El estudiante debe aprender a dominar este movimiento pendular para
evitar el arrastre hacia la polaridad no deseada.
El principio está muy relacionado con el anterior: el
Principio de Polaridad. En cada punta del péndulo podemos ubicar uno de los
polos opuestos y así vemos claramente cómo oscilamos de un extremo al otro.
Raramente llegamos a los extremos totales. Nuestro péndulo
oscila en diversos grados y, así, alcanzamos ciertos grados de felicidad o de
tristeza. El Kybalión define a este ritmo como compensación. Aunque el
movimiento es difícil de medir en números y no sabemos en qué grado se da,
podemos determinar en qué fase del movimiento nos encontramos.
Cuando una persona se encuentra en el polo de la tristeza,
debe saber que en algún momento la vida lo llevará hacia el polo de la alegría,
lo desee o no. Cuanto más profunda sea la primera, mayor será la segunda. El
ritmo siempre comienza por el polo negativo. De esto se deduce que la medida
del movimiento negativo será igual a la del movimiento positivo.
El Principio del Ritmo nos advierte también que los momentos
de felicidad o éxito no son permanentes, tarde o temprano, el péndulo nos
llevará a retroceder para luego volver a avanzar. Esto no significa que uno
tenga que perder lo que ha logrado, pero es necesario saber que el periodo de
crecimiento o de dicha no es constante. Entonces, debemos prepararnos tomando
la mayor ventaja posible de los buenos momentos, hasta que aprendamos a manejar
el Principio del Ritmo a voluntad. Por ejemplo, si estoy viviendo un momento de
crecimiento económico, tendré que aprovechar para ahorrar parte de ese dinero.
Existen casos en que las personas parecen haberse quedado estancadas
en uno de los extremos del péndulo; se dice que esas personas se han
"polarizado". La mayoría tiende a estancarse en los polos negativos:
pobreza, soledad, enfermedad, y demás. Utilizando ciertas técnicas metafísicas,
la persona puede llegar a despolarizarse y mejorar su vida. Para entender mejor
este concepto, puedes comparar el proceso de despolarización al de nadar en el
mar. Cuando se nada en contra del movimiento de las olas se requiere mucho más
esfuerzo y, a veces, ni siquiera así se puede regresar a la costa. Sin embargo,
cuando aprovechamos el empuje de una ola y nadamos en la misma dirección,
avanzamos con más rapidez y menor esfuerzo.
El estudio del Principio del Ritmo nos permite sintonizarnos
con nuestro propio movimiento pendular para aprovechar los momentos de avance.
Pero, con el tiempo, el metafísico aprende a escapar completamente a este
movimiento pendular. Para lograrlo, busca situarse arriba del péndulo, donde no
hay movimiento de arrastre.
De acuerdo con lo que hemos estudiado anteriormente, sabemos
que contamos con: Espíritu, Alma y Cuerpo.
El Espíritu se corresponde con la Mente Consciente. Gracias
a la acción de nuestro Espíritu tomamos decisiones y nos movemos en cierta
dirección; aquí se localiza nuestra "voluntad".
El Alma se corresponde con la Mente Inconsciente, es el gran
archivo donde almacenamos todas las experiencias vividas. El Alma es la fiel
servidora del Espíritu y ejecutará aquello que elija.
Finalmente, el Cuerpo se corresponde con nuestro cuerpo
físico, vehículo necesario para vivir las experiencias en este plano.
Si ordenamos estos niveles de existencia de arriba abajo
(Espíritu, Alma y Cuerpo) y ubicamos el eje del péndulo en la parte superior,
podemos deducir que lo que más sufre el embate de su movimiento es el cuerpo
físico, ya que le toca el recorrido más amplio del péndulo. Le sigue el mundo
emocional o el terreno del Alma y, finalmente, el plano del Espíritu, donde las
situaciones no cambian, aquí el movimiento pendular es muy leve o inexistente.
Por lo tanto, en la medida en que ascendemos a planos superiores, el embate del
péndulo se reduce hasta que desaparece. Esto se logra cuando ingresamos
plenamente en el plano del Espíritu, el plano del eterno presente y la dicha
constante.
Uno de los instrumentos más eficaces para acceder al plano
del Espíritu es la práctica de la "Meditación". Cuando se entra en
meditación, se permanece en un estado sin tiempo, donde las presiones de la
vida cotidiana y las de nuestro propio ego desaparecen. Hay muchas maneras de
meditar. Cada alumno deberá buscar la manera que le resulte más adecuada a su
temperamento.
Básicamente, meditar significa concentrar la mente en un
solo pensamiento, que puede ser una palabra determinada (amor, justicia, paz),
algún sonido de la naturaleza (el canto de los pájaros, la lluvia, el viento),
alguna música o la repetición de un mantra ("Ohm"). Cuando uno
realiza una actividad concentrándose totalmente en la misma, se encuentra
meditando. Esta actividad puede ser tanto pasiva (por ejemplo: leer un libro o
contemplar la naturaleza) como activa (por ejemplo: la práctica de un deporte o
el trabajo de jardinería).
En mi experiencia personal, gracias a la meditación superé
muy rápidamente la última crisis afectiva que tuve que atravesar. Cada día,
practicaba tres o cuatro veces un ejercicio de meditación en el cual se debe
repetir en voz alta y en forma continua el sonido "Ohm". Cada vez que
me sentía angustiado por lo sucedido, comenzaba a repetir "Ohm" por
lo menos durante quince minutos, y esa repetición me hacía entrar en un estado
que disolvía toda angustia o frustración. El sonido "Ohm" me llevaba
a entrar en contacto con mi propio Espíritu y a sentir su paz. Lo que en otro
momento de mi vida me hubiera tomado meses poder superar, me llevó sólo una
semana. Gracias a este ejercicio, pude disolver el movimiento pendular
emocional y recuperar mi equilibrio personal rápidamente.
En el Universo, todo tiene su propio ritmo: las actividades,
los trabajos, las relaciones y demás. Cuando uno aprende a fluir con ese ritmo
no sufre. Por ejemplo, hay negocios que funcionan más en verano que en
invierno; hay mercaderías que son más requeridas en ciertas épocas del año que
en otras; hay actividades que se incrementan hacia fin de año, como las ventas
de Navidad.
Las relaciones humanas también tienen su ritmo y cumplen
ciclos. Si una persona cree que ya ha encontrado el ritmo de su vida y que todo
estará bien, tarde o temprano se decepcionará porque se encontrará sumida en
alguna crisis o problema. Esto no es un mal augurio sino que, por el contrario,
implica reconocer que la vida tiene este movimiento pendular. En el caso de una
pareja, las crisis son peores cuando este movimiento no se da en sincronía. Uno
de ellos puede estar viviendo un momento de crecimiento y el otro no.
En principio, el estudiante deberá aprender a fluir con el
péndulo para luego mantenerse en el punto que desee sin dejarse arrastrar por
el movimiento negativo.
La naturaleza nos recuerda este movimiento rítmico de muchas
maneras: el ritmo de nuestro corazón, la respiración, las olas del mar, las
mareas, el cambio de estaciones, el día y la noche. El cuerpo femenino también
responde a un ciclo determinado y por eso se dice que la mujer percibe
intuitivamente los ciclos de la vida.
EL RITMO DEL PLANETA
Según el Principio del Ritmo, todo en la vida tiene un
pendular. Cuanto más lejos ha llegado el péndulo en el polo negativo (tristeza,
dolor, sufrimiento etc.), más se inclinará luego hacia el otro extremo
(alegría, éxito, felicidad, etc.). De acuerdo con El Kybalión, el movimiento
siempre comienza en el extremo negativo y nunca al revés. Es decir que si se
está viviendo un momento feliz, no significa que luego se va a sufrir. En
realidad, el proceso es al revés: si se ha sufrido un gran dolor, la vida luego
nos compensa con una gran alegría. El movimiento pendular se reduce en la
medida en que nos elevamos espiritualmente y se termina cuando nos hallamos en
el terreno del Espíritu. Es entonces cuando se alcanza el estado de dicha
constante y paz. Cuando uno logra llegar a ese punto, en el cual se puede
sentir bien con pareja o sin ella, dinero, familia, y demás, es cuando uno se
ha situado sobre el péndulo. Mientras uno oscila emocional o mentalmente es
porque todavía está siendo arrastrado por aquél.
El balance puede lograrse en ciertas áreas primero y luego
en las demás. Por ejemplo, una persona puede tener solucionada su vida
económica pero no su vida afectiva, o viceversa.
El planeta Tierra también tiene su ritmo. No solamente gira
en su órbita alrededor del Sol sino que también gira sobre su propio eje.
Además el planeta tiene su ritmo interno, gobernado en gran medida por la
influencia de la Luna. De la misma manera en que la Luna produce el aumento o
la disminución de las mareas, también produce cambios en el humor de las
personas. Básicamente, el movimiento de la Luna muestra dos fases. Creciente y
Decreciente, cada una de ellas dura aproximadamente catorce días. A su vez,
estas fases de dividen en cuartos que duran alrededor de siete días.
Lo que todo estudiante metafísico debe saber es que a partir
del día en que hay "Luna Nueva" comienza su fase creciente. Mientras
la Luna se encuentra en esta fase, el planeta está recibiendo una energía de
crecimiento ideal para iniciar cualquier tipo de actividad. Todo lo que se
inicia durante este tiempo crecerá con facilidad, especialmente en los siete
primeros días. Las personas que quieran que su cabello crezca más rápido y
fuerte deben cortárselo en ese momento. En general, esta fase es buena para
iniciar... negocios, contraer matrimonio, viajar, firmar contratos, cambiar de
trabajo, comenzar estudios, mudarse, hacer dieta, empezar a escribir un libro o
comenzar cualquier tipo de proyecto o diseño.
Por otra parte, a partir de la "Luna Llena"
comienza su fase decreciente. Esta fase es ideal para finalizar todo lo
iniciado con anterioridad, especialmente en los siete primeros días. Es el
momento de terminar... un trabajo incompleto, finalizar algún trámite legal,
divorciarse o separarse (de esta manera no se vuelve a la misma persona),
regresar de viaje, cerrar una compañía, finalizar un libro o proyecto,
renunciar a un puesto, cortarse el cabello para que crezca lentamente y demás.
De acuerdo con las fases de la Luna podemos identificar el
ritmo del planeta y elegir el momento más apropiado para nuestras actividades
personales. A aquellos estudiantes que quieran profundizar un poco más en el
tema, les recomiendo obtener un calendario astrológico, donde además de ver las
fases lunares, pueden observar los horarios en que la Luna se encuentra más
positiva o negativa. Técnicamente, los horarios que hay que evitar son aquellos
en que la Luna está "fuera de curso". Este ocurre cada dos días y
medio y su duración es variable. En los calendarios se muestran estos horarios
con la sigla: "y" (en inglés: "Vic of course" o fuera de
curso) y, además, se indica la hora y los minutos en que comienza y termina
dicho período.
Es entonces cuando aumenta la "marea emocional" de
la gente y todas las decisiones que se toman en ese momento son erróneas. Si
uno conoce a una persona bajo el influjo de la Luna fuera de curso, es muy
probable que nunca llegue a nada con ella porque la relación estará basada en
puras fantasías. También ocurre que si la persona se ha peleado con su pareja
durante esas horas, la separación será sólo momentánea. Si una persona viaja
con este influjo, terminará en un destino que no era el programado o se le
extraviará su equipaje. En esencia, nunca ocurre lo que uno cree, ya sea que se
tenga un pensamiento positivo o negativo. Cuando la Luna está fuera de curso, se planean viajes,
reuniones, matrimonios o negocios que nunca llegan a concretarse.
EL FIN DEL
ROMANTICISMO
Otra de las manifestaciones del Principio del Ritmo que encontramos
a diario es la "música". En esencia, la música es ritmo y tiene su
propio movimiento pendular. El tipo de música que uno prefiere denota en gran
medida la velocidad del péndulo en el cual uno está oscilando. Si a uno le
gusta la música romántica, el péndulo oscilará más lentamente; si uno prefiere
la salsa o el rock, estará moviéndose a mucha mayor velocidad.
Hemos aprendido que para programar nuestra mente debemos
tener presente lo que hablamos, lo que visualizamos y aquello que sentimos. La
música, por lo general, reúne a estos tres elementos y, en muchos casos, lo
hace para expresar dramas o dolor.
Algunos ejemplos de letras dramáticas son:
No podré vivir sin tu cariño: no podré resistir sin tu
amor... Vuélveme a querer, no me lastimes... Toda la vida, coleccionando mil
amores, haciendo juegos malabares, para no amarte en exclusiva... Pasarán más
de mil años... El mundo fue y será una porquería, ya lo sé...
Por lo general, cuando uno canta estas canciones repite las
palabras con entusiasmo; se visualiza con claridad lo que se está cantando y,
finalmente, se pone el condimento más importante: la "emoción o
sentimiento". En pocas palabras, se están usando todos los ingredientes
metafísicos necesarios para manifestar algo. Por lo tanto, si una persona canta
"No soy nada sin ti", la Mente tomará esa frase como una
"orden" y hará todo lo posible para ejecutarla, haciendo que la
persona se sienta en la miseria al estar separada de su pareja.
Es probable que a partir del estudio de esta unidad se termine
tu romanticismo y, cada vez que escuches una canción romántica en desarmonía
con el Señor Amor... tengas que usar a menudo la orden: "cancelado"
para no permitir que lo negativo se grabe en tu cerebro. Si se analiza el
contenido de las letras de las canciones que escuchamos a diario nos daremos
cuenta de cómo nos identificamos con los dramas muy fácilmente.
En este proceso de evolución personal que hemos elegido,
debemos hacer un viaje consciente y esto incluye seleccionar cuidadosamente la
música que vamos a escuchar y que deseemos cantar. Debemos elegir canciones que
sean positivas, que nos encienda el corazón de un amor incondicional y que
eleven nuestra vibración personal.
La "música" reúne todo lo necesario para producir
la manifestación. El peligro real existe cuando la persona se identifica con el
drama. Al cantarlo, lo afirma con las palabras, lo visualiza claramente y lo
siente en lo más profundo de su corazón. Lo más probable es que su drama se
haga realidad muy pronto o que se afirme más, si ya lo está viviendo. Las
canciones que despiertan nostalgia son las que encadenan fuertemente a las
personas a su pasado.
La solución que le he encontrado a las canciones románticas
muy dramáticas es cantárselas a Dios y nunca a alguien. Si le cantas a Dios:
"No podré vivir sin ti" o "Tú eres la luz de mi vida",
estarás afirmando una gran verdad y buscarás unificarte con Él. Sin embargo, si
se lo cantas a una persona, estarás poniendo el eje de tu vida en ella y todo
dependerá de su humor y grado de estabilidad.
La "música instrumental" también "habla"
y cuenta historias. Hay ciertas músicas instrumentales que levantan el ánimo y
otras que, por el contrario, deprimen. Cada tema musical tiene su vibración
propia. Debemos ser muy cuidadosos y elegir todo lo que nos lleve a elevarnos y
a sentir dicha.
EL EFECTO
"SUBIBAJA
El Principio del Ritmo también afecta a las relaciones
humanas. De acuerdo con el movimiento de nuestro péndulo personal, atraemos
personas más positivas. O negativas en determinados momentos. Existe un
fenómeno, conocido en psicología como el efecto "subibaja", que
afecta a las relaciones más cercanas alterando el equilibrio emocional. Para
entenderlo mejor, vamos a estudiarlo a través de un ejemplo concreto: un
matrimonio.
Debes visualizar a cada uno de ellos como tanques de agua
conectados en su base por una válvula o un caño De esta manera, vemos cómo los
dos recipientes están conectados entre sí e intercambian su contenido. Cuando
el contenido de uno de ellos desciende, aumenta al otro y viceversa. Este
fenómeno de vasos comunicantes ocurre también entre dos personas que están
enlazadas emocionalmente. Por lo tanto, todas las emociones que reprimen uno de
ellos, las expresa el otro.
Continuando con nuestro ejemplo, imagínate que un día la
esposa quiere hablar con su marido de algo importante y él está leyendo el
diario cómodamente en la cocina. Ella habla pero él sólo murmura algo; en el
fondo, se molesta con la interrupción. En vez de expresar su verdadera emoción,
la reprime. Súbitamente, ella se siente incómoda y se enoja. Su marido continúa
leyendo el diario y reprimiendo se energía. Todo lo que él reprime, surge del
otro lado haciendo que la mujer se enoje aún más. La represión continúa y
pronto llega a su límite. Pero en apariencia, por un lado, el hombre sigue
completamente en silencio y, por el otro, su mujer está totalmente fuera de sí.
Entonces el hombre dice excusándose: "Pero si yo no dije nada".
De esta manera se explica ¿por qué a veces sentimos
emociones ajenas a nosotros mismos o por qué llegamos a límites indeseables? A
veces, al conocer a una persona nueva, uno empieza a sentir emociones que ya no
son propias. Es probable que se sienta el gran deseo de complacer al otro, de
brindarse desmedidamente, de estar todo el tiempo sólo con aquella persona.
Todo esto se debe a la gran necesidad que tiene el otro de recibir; lo está
pidiendo con toda intensidad pero sin palabras.
En estos casos, surgen preguntas como: "¿Por qué estoy
sintiendo esto?". La persona puede llegar a imaginarse que está viviendo
un gran amor y sólo está recibiendo toda la neurosis de la otra persona En esos
casos, nos encontramos canalizando la furia, la tristeza, la desolación o la
angustia de las personas con las que nos relacionamos. Esto es más cierto que
cuando estas emociones no son lógicas o coherentes con lo que nos está
ocurriendo en ese momento. Podemos comparar el fenómeno con la contaminación de
los tanques; al estar conectados entre sí, uno recibe la parte tóxica el otro.
El efecto "subibaja" se continúa en los distintos
miembros de una familia. Del padre pasa a la madre, de la madre al hijo o hija
mayor y así sucesivamente. Este efecto suele incluir también a los animales
domésticos.
En conclusión, "todo lo que reprimen los mayores, lo
manifiestan los menores". Esta es la razón por la cual suelen enfermarse
los niños en una casa, o algunas mascotas se comportan tan neuróticamente. La
represión nunca es buena y termina por explotar.
En mi caso personal, soy el hijo menor y el que más terapia
ha hecho en la familia. Sin saberlo, al sanar mis problemas internos, estaba
sanando los de mi familia.
El problema se detecta cuando uno comienza a perder su
propio eje. Uno comienza a darse cuenta de que está haciendo o sintiendo
emociones que lo incomodan. Se da una especie de aceleramiento y agotamiento.
Debemos recordar que el cuerpo físico siempre nos envía dos mensajes básicos:
comodidad o incomodidad. De acuerdo con su mensaje, podemos darnos cuenta de si
nos estamos envolviendo en un intercambio de energía favorable o no. Muchas
personas tapan este mensaje con un pensamiento inocente como "Él o ella ya
va a cambiar" o "El tiempo mejorará la relación". En síntesis,
desde un primer momento sabemos si una persona será favorable o no para
nosotros.
La solución a esto es, en principio, ser consciente del
efecto "subibaja" y luego buscar neutralizarlo. Para lograrlo, lo más
efectivo es la comunicación verbal y la expresión abierta de las emociones. Volviendo
al ejemplo anterior de los tanques contenedores, la válvula de escape sería la
boca. Cuando uno expresa lo que piensa y siente, libera la energía y se corta
el efecto "subibaja". En casos de enojo, siempre es más saludable
discutir y terminar el tema en ese momento, en lugar de reprimirlo.
El Principio del Ritmo se manifiesta en todas nuestras
relaciones y cuanto mayor es el grado de intimidad, más grande es el
intercambio de energía que se produce.
Para poder corregir el movimiento pendular también podemos
recurrir al uso de las afirmaciones, los decretos y los tratamientos
espirituales.
Afirmación
Es una oración positiva escrita en tiempo presente. Las
afirmaciones se repiten muchas veces al día, con el fin de sembrar una
"nueva idea" en nuestra Conciencia; generalmente se las utiliza para
crear algo que todavía no se ha adquirido y para detectar ¿cuáles son las
resistencias que se alojan en el interior?
Decretos
Se pronuncian una sola vez y en forma rotunda. Son más
imperativos y se pronuncian con la seguridad de que lo que se afirma ya es una
realidad. No se da lugar a ningún tipo de dudas. Con este instrumento se hace
uso de la voluntad y el poder personal.
Tratamientos Espirituales
Son semejantes a los decretos pero tienen una mayor elaboración.
Para que un tratamiento espiritual sea completo debe contener cinco elementos:
1) Reconocimiento: Se deben reconocer una o más
características de Dios en lo que se desea manifestar. Por ejemplo, si se va a
hacer un tratamiento para encontrar amor, se debe comenzar afirmando "Dios
es Amor". Si quiero superar problemas económicos, afirmo: "Vivo en un
Universo de Abundancia".
2) Unificación: En este paso se debe reconocer que Uno es
parte de Dios o del Universo. Siguiendo los ejemplos anteriores, debo reconocer
mi capacidad de amar o mi aceptación de la abundancia. Por lo general, se
utiliza una afirmación que comienza con "Yo Soy..."
3) Realización: Aquí se incluye el decreto de lo que se
quiere manifestar. "Encuentro la amorosa y perfecta pareja para mi" o
"Mis ingresos aumentan día a día".
4) Agradecimiento: Este paso es muy importante en el
proceso. Es un acto de Fe por el cual se agradece por adelantado aquello que se
está pidiendo, como si ya estuviera concedido.
5) Liberación: Etapa en la cual se entregan todos los
pensamientos a la Ley del Universo para su manifestación. A partir de entonces
no se habla ni se piensa más en el asunto. Se confía plenamente en la Ley que
todo lo manifiesta en el momento justo y necesario. De acuerdo con este paso,
uno no debe quedarse esperando ver el resultado sino continuar la vida
cotidiana normalmente. En este último paso se demuestra nuestro grado de Fe y
Confianza en el proceso de la vida.
De una manera
sintética y divertida podemos recordar estos cinco pasos así:
1) Reconocimiento:
"Hola Dios"
2) Unificación:
"Yo Soy (nombre)"
3) Realización:
"Yo ya tengo..."
4) Agradecimiento: "Gracias"
5) Liberación: "Hasta luego"
Estos cinco ingredientes que componen el Tratamiento
Espiritual pueden ir ubicados en diferente orden. Lo importante no es la
secuencia sino que estén presentes.
Ejemplo de Tratamiento Espiritual para la
"Prosperidad"
1) La abundancia del Universo se manifiesta en forma
constante, permanente e inagotable.
2) Yo Soy parte de este gran Universo y estoy receptivo a
todo lo bueno para mí.
3) Por eso, hoy acepto mi prosperidad económica y la veo
manifestarse en armonía con mi vida.
4) Doy gracias por todo lo que se me concede ahora... y por
todo lo bueno que viene a mi vida, que sé que es mucho y abundante.
5) Entrego todos mis pensamientos y palabras a la Ley que
todo lo manifiesta en el momento justo y necesario. Hecho está. Y así es. Amén,
Amén, Amén.
El Tratamiento Espiritual no elimina el trabajo que se hace
con afirmaciones, sino que lo complementa. Se pueden hacer tratamientos para
ayudar a otras personas, reconociendo y afirmando el bien que se merecen. En
este caso, se debe estar seguro de que la otra persona lo desea y tener su
consentimiento, ya que no podemos ir en contra de su voluntad o libre albedrío.
El gran enemigo de estos instrumentos metafísicos se escribe
con cuatro letras: duda. La duda provoca la disolución de la fuerza puesta en
los tratamientos, afirmaciones o decretos La duda tiene su raíz en la ideas de
no merecimiento, en el miedo y en la baja autoestima.
Todos tenemos cierto nivel de dudas y miedos; por lo tanto,
todos tenemos nuestro trabajo personal por hacer. En este proceso se debe ser
muy amable con uno mismo, darse tiempo para implementar los cambios y ser
paciente hasta incorporarlos.
La duda es una servidora del ego y te recuerda que tienes
que optar entre ideas que se contradicen entre sí, creando un caos y conflictos
internos que no te llevan a ninguna parte.
Es normal sentir dudas cuando empezamos a elegir nuevos
pensamientos; pero una vez que elegimos ¿cuál seguir?, tenemos que trabajar
hasta hacer desaparecer todo vestigio de duda en nuestro interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario