LEY O PRINCIPIO DE POLARIDAD
El Principio de
Polaridad se encuentra justo en el medio. La comprensión cabal del mismo
permite producir grandes cambios en la vida. Si todavía no has visto grandes
cambios en la vida. Si todavía no has visto resultados notables.
El Principio de Polaridad dice textualmente: "Todo es
doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos; los semejantes y los
antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero
diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semi
verdades; todas las paradojas pueden reconciliarse".
Está claramente explicado que en el Universo donde vivimos
todo es doble, todo tiene su par de opuestos. Algunos son: blanco/negro,
hombre/mujer, calor/frío, arriba/abajo, este/oeste, bueno/malo, rico/pobre,
amor/odio, sucio/limpio, culpable/inocente.
Nuestra función es aprender a "armonizar los
opuestos". Venimos al planeta Tierra a desarrollar la habilidad de
encontrar el justo equilibrio entre los distintos polos. Tenemos que aprender a
pararnos justo en el medio.
El Kybalión dice que "los opuestos son iguales en
naturaleza, pero que difieren en grados". Para entender mejor este
concepto debemos imaginarnos un termómetro. En él vemos cómo el mercurio sube o
baja la escala de grados indicando la temperatura del ambiente. Pero aquí surge
una pregunta clave. ¿Dónde empieza el frío y dónde empieza el calor? El límite
no está en el grado cero. Cuando hace cero grados se siente mucho frío en
cualquiera de las dos escalas conocidas (centígrados o Fahrenheit). De acuerdo
con los grados centígrados, para algunos el frío comienza a sentirse a los
quince grados, para otros, a los diez. La interpretación es completamente
subjetiva.
La conclusión final es que no existe diferencia entre el
frío y el calor. Los dos son extremos de una misma cosa, son polos opuestos, la
única diferencia entre ellos es el grado en el que se están manifestando.
Cuando el termómetro marca los grados menores, tenemos la sensación del frío.
Por el contrario, cuando la marca llega a grados mayores decimos que hace
calor. Pero en esencia, estamos hablando siempre de la misma cosa: la
temperatura.
Veamos otro ejemplo práctico: a veces, cuando amamos
demasiado a alguien también pasamos al extremo del odio con facilidad. Después
de haber compartido intensamente nuestra vida con una persona, no queremos
volver a verla nunca más. Hemos pasado de un polo al otro, como del frío al
calor. Cuando alguien afirma que no desea ver más a su ex pareja es porque en
el fondo todavía siente mucho amor. Todavía está actuando dentro de la
polaridad amor/odio. La ausencia de amor se constata cuando hay indiferencia,
cuando a la persona le da lo mismo ver al otro o no.
Tal como lo afirma El Kybalión, los opuestos son lo mismo.
Cuando observamos a una persona muy buena y luego la comparamos con otra que es
muy mala, en esencia sabremos que estamos hablando de la misma cosa pero en
diferentes grados de manifestación; cada una de ellas está ubicada en un
extremo. Todos tenemos distintos grados de bondad y también de maldad. Las
personas extremistas, para las cuales todo es blanco o negro, tienen más
trabajo por hacer porque a ellas les resulta más difícil ser parcial o
encontrar el punto medio.
¿Cuál es la razón por la cual debemos aprender a armonizar
los opuestos? La respuesta es sencilla: encontrar la unidad en todo.
En el Universo existe un solo Dios, una sola Fuente, una
sola Energía, un solo Amor; por lo tanto, la diferencia que percibimos entre
polos opuestos no es real. Lo que existe en esencia es la Unidad. Si queremos
acceder al estado de paz y armonía en la cual habita Dios, debemos aprender a
encontrar la unidad en todo lo que nos rodea. Mientras más separación
percibimos, más lejos estaremos de encontrar el amor y la paz de Dios. Cuanta
más separación percibimos más se manifiestan los conflictos.
Debemos aprender a reconocer que el "culpable"
también es inocente; que nadie es tan bueno ni tan malo como parece; que nada
es tan lindo o tan feo como lo catalogamos; que nada es tan caro o tan barato.
Cuando empezamos a ejercitarnos para encontrar la unidad en todo, el resultado
que se obtiene es la paz.
Cuando vemos el Principio de Vibración, vimos que la
vibración más alta corresponde al Espíritu; por otra parte, la vibración más
baja le corresponde a la materia. Ahora sabemos que, en esencia, los dos
extremos son la misma cosa. Sólo cuando aprendamos a pararnos en el punto medio
encontraremos la paz. Dicho de otra forma: no se puede vivir feliz en el mundo
material sin tener espiritualidad y no se puede ser espiritual si no se tiene
orden en el mundo material. Los dos extremos necesitan ser conciliados para
lograr una vida armoniosa.
Lo único que no tiene opuestos es el Amor de Dios, que es
incondicional, permanente y sanador. Dios nos ama y nos acepta tal como somos.
Él nos ha creado de esa forma; por lo tanto, Él conoce cada una de nuestras
virtudes y defectos. Su aceptación es total y no hay ninguna clase de
condenación de su parte. Cuando hablamos de la polaridad amor/odio, por lo general
estamos hablando del amor romántico. Recuerda siempre que el Verdadero Amor no
tiene opuestos.
Otra parte de este mismo Principio sostiene que "los
extremos se tocan". Para entender esto, veámoslo en otro ejemplo práctico:
si yo decido viajar siempre en dirección este y pudiera dar toda la vuelta al
mundo, entonces terminaría en el mismo punto de partida. La pregunta que surge
entonces es: ¿Dónde está el oeste? La respuesta más acertada de acuerdo con
este principio, sería que el este y el oeste son lo mismo.
Debemos recordar que "como arriba es abajo, como abajo
es arriba", lo más probable es que si yo viajara a través del Universo
siempre en la misma dirección, finalmente terminaría en mi punto de partida. En
el Universo todo tiene un movimiento circular cíclico.
Seguramente estarás preguntándote ¿cómo se utiliza este
principio en la vida práctica? la explicación es ésta: cada vez que te
encuentres viviendo una situación extrema, es decir, que estés ubicado en uno
de los polos y desees revertir o neutralizar la situación, deberás comenzar a
crear la energía de la polaridad opuesta. De esta manera, llevarás el
"termómetro" a su punto medio. Como ejemplo concreto, piensa en lo
siguiente: cuando tienes frío, enciendes la calefacción o te abrigas más, es
decir, buscas calor. Con el calor se neutraliza el frío y viceversa; con la luz
se hace desaparecer la oscuridad; con el amor se transforma el odio, y así con
todas las polaridades.
No se puede cruzar de un par de opuestos a otro y esperar un
resultado en el primero. Si deseas transmutar una situación, tendrás que
utilizar la energía envuelta en ese par, no en otro. Volviendo al ejemplo
anterior, si tienes frío, buscas cómo generar más calor -y no otra cosa. Si
estás en una situación de pobreza, buscas ganar más dinero, no más frío ni
calor. Se debe trabajar siempre con elementos de la misma naturaleza, a los
cuales les cambia su grado de manifestación.
Es probable que hayas escuchado alguna vez un comentario
como el siguiente: "¿Por qué Dios no le da una pareja a esta chica que es
tan buena y servicial? La respuesta se encuentra en este principio. Por qué esa
joven está generando la energía de las polaridades del servicio y la bondad,
pero no la del amor. Con la bondad se elimina la maldad; con el servicio se
elimina el desamparo. En otras palabras, no se consigue pareja siendo
"bueno"; sólo se consigue Amor cuando se ama. ¿Pero a quién vas a
amar si no tienes a nadie? En primer lugar, a ti mismo, y luego a la persona
ideal que "fabriques" en tu mente. Sólo así se manifestará el
Verdadero Amor en tu vida.
Las personas que tienen problemas de dinero o están en la
pobreza deben empezar a dar algo de lo poco que tienen; es decir, deben fingir
que están en el otro polo y comenzar a actuar como "ricos" o, al
menos, como alguien que tiene algún dinero. Hay personas que piensan que
"Dios los va a ayudar económicamente" porque ellos brindan su tiempo
sirviendo en alguna institución de beneficencia. Si brindas tu tiempo, todo lo
que recibirás a cambio es todo el tiempo que necesites para tu vida personal.
Para mantener una vida próspera, es necesario respetar la "Ley del
Diezmo": dar el diez por ciento del dinero que recibimos a la persona, el
lugar o la institución que en ese momento nos provee nuestro alimento espiritual.
De esta manera, mantenemos en circulación la energía del dinero.
Mis alumnos se asombran cuando les digo que Dios ni se
entera de nuestros problemas. Esto es debido a que lo que llamamos
"Dios" es una Vibración perfecta del Universo, en el cual no hay
discordias, ni guerras, ni ninguna clase de problemas. Nuestro problema se
reduce a un problema de percepción, porque en este plano percibimos dos polos
en todo lo que nos rodea. Aquí estamos experimentando el fenómeno de la
separación, que no es real, y hasta que no aprendamos a encontrar la Unidad en
todo no "llegaremos a Dios". Nosotros no vamos hacia Dios; ya estamos
en Él. No hace falta morirse para "ir al Cielo". El Cielo ya está
aquí; sólo debemos aprender a reconocerlo. Para eso, necesitamos cambiar
nuestra percepción del mundo y eliminar de nuestra mente la idea de
polaridades. A este proceso lo definimos como el de "armonizar los
opuestos".
LAS SEMI VERDADES
En otra parte, el principio de Polaridad sostiene que
"todas las verdades son semi verdades". En pocas palabras, esto
significa que nadie en el planeta Tierra es poseedor de la verdad completa,
sino que todos tenemos nuestra cuota de verdad. Es decir que al igual que con
las piezas de un rompecabezas, uniendo nuestra semi verdad con la de los demás,
encontraremos la verdad completa. Por eso es importante escuchar a otros.
Siempre se aprende algo nuevo de los demás.
En mi trabajo de consultor, a veces atiendo a parejas con
problemas, y es allí donde veo más claramente ¿cómo funciona este principio?
Cuando la mujer se queja de su marido, cuenta su semi verdad y tiene su lógica
o razón. Pero luego, al escuchar al esposo quejarse de su mujer, veo que él
también tiene su razón o semi verdad. Ninguno de los dos tiene la verdad
completa; la verdad está en el medio. En todo problema de pareja, las
responsabilidades están siempre repartidas en un cincuenta por ciento para cada
uno, aunque uno de ellos parezca culpable y otro inocente.
Cuando nos encontramos defendiendo ciegamente nuestro punto de
vista, en realidad, estamos errando porque "ninguno de nosotros es
portador de la verdad completa". Por lo tanto, como metafísicos debemos
siempre ser flexibles y alertas para aprender de los demás. Cuando criticamos a
alguien que piensa o actúa de una manera diferente de la nuestra, en realidad,
nos estamos cerrando a la posibilidad de aprender otra parte de la verdad. Cada
persona, aunque nos parezca errada, tiene su porción de conocimiento. El
mantener nuestra mente abierta nos ayudará a escuchar y aprender otra forma de
lógica que, finalmente, nos llevará a encontrar el punto medio, o sea, aquello
que definimos técnicamente como la armonización de los opuestos.
Al estar frente a personas o situaciones que ponen en
conflicto nuestra manera habitual de pensar, es aconsejable pedir Guía a
nuestro Espíritu; pedir que se nos revele ¿qué tenemos que aprender de eso,
cuál es el mensaje o semi verdad?
En el camino de la evolución espiritual se debe evitar todo
tipo de fanatismo. No tienes ni siquiera que defender las ideas que estás
estudiando ahora. Si estás de acuerdo, tómalas como parte de tu semi verdad,
pero siempre mantente abierto a seguir aprendiendo de numerosas fuentes. El
fanatismo lleva a pararse en un polo, en un extremo; por lo tanto, nunca te conducirá
a vivir en paz. La Verdad está siempre en el medio.
Las personas que tienden a ir a los extremos en sus
reacciones tienen más trabajo que realizar. Las conductas extremistas producen
resultados extremistas, por lo tanto, tampoco conducen a soluciones felices.
Cada uno de nosotros debe aprender a encontrar el punto medio y su propio
equilibrio.
La razón por la cual somos poseedores solamente de una semi
verdad es que debemos aprender a encontrar la unidad en todos. Nuestro ego
genera diferencias y separaciones entre las personas pero, de acuerdo con este
principio "Todos somos parte de lo mismo". Dicho en términos
metafísicos, "El Hijo de Dios es Uno solo y está formado por cada uno de
Nosotros". Nuestro ego se resiste a esa idea y no quiere renunciar a su
individualidad.
Si analizas los grandes problemas del mundo, te darás cuenta
de que, en esencia, están generados por el ego humano: la diferencia de razas,
culturas, economías, límites entre países, y demás. En síntesis, es un problema
de percepción errónea. Cuando aprendamos a ver la Unidad en cada uno de
nosotros, la mayoría de estos problemas desaparecerán de la Tierra.
LA POLARIDAD
DAR/RECIBIR
Muchas personas se quejan que dan mucho reciben poco. La
persona que está acostumbrada a dar siempre se encuentra parada en uno de los
polos o extremos y, mientras se mantenga en esa posición, no habrá manera
posible de que reciba algo del Universo. Esto se debe a que la persona está
vibrando con la Energía del Dar y carece por completo de la energía opuesta, la
del Recibir. Por lo general, estas personas se sienten incómodas cuando reciben
un regalo o cumplido; en el peor de los casos, lo rechazan por completo. La
aplicación del Principio de la Polaridad nos permite transmutar las energías de
un polo al otro para manifestar un determinado resultado.
Para cambiar esta situación, es necesario que la persona
aprenda a "recibir". Por ejemplo, si recibe un regalo, solamente
tiene que agradecerlo y bendecirlo, y no salir corriendo a comprar otro regalo
en devolución. Si alguien le dice un cumplido o algo agradable, sólo debe
agradecer. Es curioso, pero para muchos no es fácil recibir. Esto se debe a que
en la Conciencia de la persona existen ciertas asociaciones negativas con el
hecho de recibir. Algunos creen que si aceptan regalos de otros, estarán
sometidos a su voluntad. Otros creen que no se lo merecen o que no es
necesario. Cualquiera sea el pensamiento negativo, deberá ser eliminado y
reemplazado por otro de gratitud. Como estudiante de metafísica tienes que
estar siempre abierto y receptivo a todo lo que el Universo te quiera brindar.
En definitiva, quien no recibe, no ha desarrollado la
polaridad del "recibir". En el orden práctico, se debe trabajar con
la mano izquierda, ya que todo el lado izquierdo del cuerpo desarrolla la
energía del recibir. Al principio, uno se siente torpe usando esta mano, pero,
con el tiempo y la práctica, las tareas se vuelven más sencillas. En el caso de
la gente zurda, la regla se invierte.
Por otra parte, la mano derecha y todo ese sector del cuerpo
desarrollan la energía del dar. A las personas acostumbradas a dar demasiado, a
menudo les sugiero que cierren su mano derecha y que abran la izquierda,
moviendo los dedos hasta calentar bien la mano. De esta manera sencilla, se
activan los canales de recepción de nuestro Ser.
Si consideramos cada uno de los eventos externos como un
reflejo de nuestras programaciones internas, podremos reconocer claramente
cuándo estamos trabados en nuestro canal de receptividad. En definitiva,
aquellas personas que nos desilusionan por no darnos lo que esperamos de ellas,
en realidad, nos están enseñando que no estamos listos para
"recibir". Esto ocurre cuando no recibes el amor que deseas de tu
pareja, cuando no te otorgan el aumento de sueldo prometido, cuando no logras
la atención de tus familiares o amigos, o en cualquier otra situación en la que
el resultado no responde a tus expectativas. En lugar de aferrarte a la
desilusión, es más ventajoso que te pongas a trabajar para abrir todos los
canales energéticos de tu Ser que favorezcan la Receptividad.
Para lograrlo, también es aconsejable extender ambos brazos,
abrir ampliamente las manos y afirmar con mucha emoción: "Estoy abierto y
receptivo a todo lo bueno para mi. A partir de hoy, Acepto abundancia de amor,
el dinero, la salud, el éxito, la felicidad y todo bien... que ya me ha sido
dado y que me merezco. Y lo acepto ahora mismo".
Yo realizo este ejercicio cada día a la mañana, apenas me
levanto. De esta manera me preparo para recibir todo lo bueno que la vida tiene
para mí.
Si lo que quieres aceptar es más Amor, puedes extender tus
brazos y afirmar: "El Amor Divino me conduce a una relación amorosa con mi
pareja perfecta y me mantiene en ella. Y ahora acepto con amor a la pareja perfecta
para mí, que se manifiesta en el plano físico ahora mismo porque Yo Soy capaz
de Amar, Digna de ser Amada, estoy lista para recibirlo en mi vida y brindarnos
un Amor Divino e Incondicional, feliz y porque me lo merezco. Gracias Dios
porque él/ella ya está en mi vida. Y así es".
Si quieres recibir más Dinero $$$, afirma: "Mis
ingresos aumentan día a día. Yo Soy muy próspero y exitoso en todo lo que
emprendo".
Para incorporar en nuestra mente estas nuevas ideas, es
necesario repetir las afirmaciones muchas veces... en tiempo presente, en voz
alta (recordemos que la "palabra" tiene una vibración más alta que
nuestro pensamiento; por lo tanto tiene más fuerza y poder... nuestra
"palabra" es una orden que enviamos al Universo para que se realice),
por eso debemos decretar, hablar con sentimiento, alegría y acompañarlas con
gestos corporales... mímica, que acentúen la idea.
Por ejemplo, para hacer más poderosa la idea de que tus
ingresos aumentan cada día, puedes agacharte un poco y luego, al enderezar tu
cuerpo, repites la afirmación mientras extiendes tus brazos. Cuanto más
teatralices lo que afirmes, más pronto se hará realidad.
LA IMPACIENCIA
Durante el proceso de crecimiento espiritual cada aspirante
tiene que enfrentarse con una barrera muy común: la impaciencia. El deseo de
obtener resultados rápidos o de alcanzar mayores niveles de comprensión se
convierte en una frustración difícil de superar. Para muchos de ellos, la
palabra "paciencia" es otra mala palabra y una virtud muy difícil de
desarrollar.
La impaciencia no es más que una resistencia a los cambios.
Desde el punto de vista metafísico, la impaciencia es la falta de capacidad
para incorporar algo nuevo.
Cuando sembramos una "semilla" en un terreno
fértil, lo primero que brota es un pequeño gajo muy tierno y frágil. Con sólo
darle un pisotón a la planta, podemos destruirla completamente. Sin embargo, si
la cuidamos y la regamos a diario, esa planta crecerá fuerte y firme, y podrá
resistir cualquier tormenta en el futuro. De esta manera, la planta nos dará
flores y frutos. Desde el momento en que sembramos la semilla hasta que
obtenemos los frutos, existe un tiempo determinado, un proceso necesario e
imposible de evitar. "Todo en el Universo tiene su tiempo de
gestación".
Siguiendo esta analogía, cuando intentamos cambiar algo en
nuestro carácter es como si depositáramos una nueva "semilla" en la
Conciencia. Para ver los frutos futuros, tendremos que cuidar pacientemente
aquello que estamos tratando de desarrollar.
La impaciencia es una fuerte resistencia a incorporar nuevas
conductas. Las personas más impacientes pretenden que las cosas les salgan bien
desde el principio y esto es prácticamente imposible. Cuando uno ensaya una
nueva conducta, lo más probable es que vuelva más fácilmente a repetir una y
otra vez la conducta anterior. Sin embargo, si se sigue ensayando a lo largo
del tiempo, finalmente la nueva conducta quedará incorporada a la personalidad.
Para entender mejor el concepto debemos comparar este
proceso al entrenamiento que realiza un deportista. Cuanto más se entrena, más
eficaz será en su desempeño físico. Debemos pensar que ningún deportista tiene
el mismo rendimiento el primer día que en los días posteriores sino todo lo
contrario. El entrenamiento le exige constancia, intención y acción.
Por lo general, las personas impacientes están en conflicto
con el paso del tiempo. La sensación de que hay que esperar demasiado tiempo o,
por el contrario, de que no alcanza el tiempo para la actividad requerida sólo
acelera la manifestación de la frustración.
A aquellos a quienes no les alcanza el tiempo, le recomiendo
comenzar a trabajar con la siguiente afirmación: "El tiempo se alarga
cuando lo necesito. El tiempo se acorta cuando lo necesito. El tiempo es mi
aliado y siempre tengo todo el tiempo que necesito".
El trabajo del escritor exige paciencia y constancia; un
libro no se escribe en un sólo día. Uno de los primeros trabajos de escritura
que realicé en los Estados Unidos fue el de redactar un informe referido a los
niños para una compañía de programas de computadora. Aquel proyecto me exigía
un esfuerzo de por lo menos un año. Sin embargo, comencé a aplicar los
conceptos metafísicos para dominar el tiempo y éste se redujo notablemente.
Cada mañana, me paraba frente al espejo, me miraba a los ojos y afirmaba con
emoción: "Todo lo que escriba hoy va a fluir fácilmente. Escribo en forma
rápida y correcta". Al final, agregaba afirmaciones de prosperidad.
"Este proyecto es muy exitoso y me permite ganar abundante dinero".
Terminé el trabajo en tres meses y el informe se sigue
vendiendo hasta la fecha con mucho éxito. Ha sido traducido a varios idiomas,
incluyendo el griego y el ruso, algo que nunca imaginé cuando hacía mi
programación. Sin embargo, la vida me sorprendió llevando mi proyecto por el
camino más exitoso, tal como yo lo había pedido.
A los estudiantes, les recomiendo que, antes de abrir los
libros, realicen la siguiente afirmación en voz alta: "Todo lo que estudio
hoy lo asimilo con facilidad y lo recuerdo cuando es necesario". De esta
manera, la mente captará y retendrá toda la información que se lea y la traerá
a la memoria tanto en un examen como en cualquier momento de la vida
profesional futura cuando sea necesario.
Un metafísico "Vive en el futuro y lo trae al presente".
La mayoría de la gente vive en el pasado contaminando su futuro. El metafísico
se concentra en aquello que quiere lograr y lo disfruta como si ya fuera una
realidad ahora mismo. De esta manera, vive en el presente lo que desea para su
futuro. Disfruta de la futura pareja como si ya estuviera a su lado; se siente
rico y generoso, aun cuando su condición económica sea la misma; disfruta de
las vacaciones aunque todavía no haya viajado. Estos sueños, lejos de ser una
fantasía, son sus objetivos y, por eso, dispone de todos sus sentidos para
crear esa nueva realidad. De este modo, genera la energía que acompaña a
aquellos logros provocando su manifestación en el presente. Cuando hablamos del
tiempo, debemos saber que el Principio de Polaridad nos ayudará a vivir siempre
en el presente.
La gente común se preocupa por su futuro y siembra en su
Conciencia dudas y miedos, lo cual es muy nocivo. La preocupación se convierte
en un imán poderoso que termina atrayendo aquello que la persona no desea. Como
ejemplo, podría decirse que la persona que más le teme a los robos es aquella
que finalmente es asaltada. La mayoría de nuestros miedos y preocupaciones
provienen de malas experiencias del pasado; tienen cierta lógica en nuestra
mente, lo cual les da poder, ya que el temor atrae en forma negativa como un
imán lo que más tememos. Recordemos que siempre "Somos nosotros los que
estamos eligiendo cómo pensar, hablar, sentir, Ser y qué Tener... somos los
Arquitectos de nuestra Vida y Destino"
En los casos más absurdos, los principales miedos ni
siquiera son propios sino heredados de algunos de los padres o tomados del
entorno.
Lamentablemente, en nuestra cultura está bien visto el
"preocuparse" por nuestros seres queridos. Desde el punto de vista
metafísico la preocupación sólo agrava el problema, porque se pone la atención
en el problema y no en la "solución".
Cuando se quiere ayudar a alguien que está sufriendo alguna
aflicción debemos lograr que recupere su Fe poniendo el énfasis en la
"solución". Los primeros en tener esa FE debemos ser nosotros; por lo
tanto, no debemos preocuparnos sino ocuparnos.
Muchos Padres creen erróneamente que ayudan a sus hijos
preocupándose por ellos. En realidad, lo único que hacen es agravarles su
problema. Por tal motivo, insisto en que debemos concentrarnos en la
"solución feliz" de cualquier problema que tengamos en el presente.
Generalmente, cuando queremos movernos de un polo al otro,
la vida se vuelve caótica. La gente común interpreta esto como "mala
suerte", pero el metafísico sabe que los "problemas" que emergen
en el camino representan una gran oportunidad para sanar y corregir errores en
nuestra Conciencia.
Esto se ve muy claramente en la persona que desea vivir un
"Gran Amor". Previo a encontrar ese gran amor, la persona vivirá
algunas experiencias dramáticas y disfuncionales que la ayudarán a tomar
Conciencia de sus propios errores, programaciones negativas, miedos y demás, y
a sanar todo aquello que le impide concretar su propia felicidad.
DESAFIANDO EL KARMA
Durante el proceso de la manifestación de tus deseos,
notarás algo curioso: aquello que más deseas, a veces, te parecerá más difícil
de alcanzar, mientras que otros deseos de menor importancia se harán realidad
casi sin esfuerzo. También puede ocurrir que eventos importantes se manifiesten
aun cuando ni siquiera lo habías programado en tu mente. A partir de esto, uno
fácilmente puede llegar a la conclusión errónea de que al programar nuestros
deseos estamos entorpeciendo el proceso. Sin embargo, no es así.
Todo aquello que se nos manifiesta fácilmente es lo que, de
alguna manera, ya tenemos ganado en Conciencia, en cierto nivel mental, lo
consideramos posible, sentimos que estamos listos para recibirlo y sabemos que
lo merecemos. Muchas de estas situaciones se han ganado en el proceso de vidas
anteriores y, por eso, resultan tan fáciles en la vida presente. Hay personas
que encuentran fácilmente su pareja, mientras que parecería que otras nunca
tienen la suerte de dar con la persona adecuada. Lo más probable es que las
primeras hayan pasado por problemas similares a los que tuvieron las segundas,
pero en una vida anterior; por lo tanto en el presente parecen estar un escalón
más arriba.
Cuando empezamos a elegir conscientemente, estamos
desafiando las limitaciones impuestas por nuestro karma. Comenzamos a utilizar
nuestra voluntad para producir un resultado determinado que aún no hemos
logrado. Entonces, nos valemos de todas las herramientas que conocemos:
afirmaciones, visualizaciones, meditaciones, y demás. Este proceso puede ser
muy desalentador por varios motivos.
El primero es que, al iniciarlo, tendremos que enfrentar en
primer lugar todo aquello que se opone a nuestro deseo. Una persona que siempre
ha sido pobre y elige ser rica tendrá que ser consciente de todos los
pensamientos de pobreza que contiene en su interior, y luego deberá hacer un
gran esfuerzo para reemplazarlos por pensamientos de abundancia y riqueza.
El segundo motivo es que durante este proceso pueden
manifestarse situaciones incompletas que no responden al objetivo seleccionado.
La persona pobre empieza a tener ciertos negocios o ingresos de dinero pero que
aún están lejos de representar su riqueza. Mucha gente se desalienta cuando, en
realidad, lo único que debería hacer es tomar estas manifestaciones como
"señales" de que está marchando por el camino correcto, sabiendo que
aún hay más trabajo por hacer. Yo comparo este proceso al de cocinar una torta
en el horno. Uno puede abrir la puerta del horno antes de tiempo y, aunque la
torta tiene todos sus ingredientes, no está totalmente cocida.
Cuando algo se manifieste en forma parcial y no completa, no
debes decepcionarte sino continuar el trabajo que estés haciendo. Tarde o
temprano, verás el resultado total. Recuerda que estás desafiando las reglas
impuestas por tu destino porque has elegido crecer y vivir mejor. No hay nada
de malo en eso, sino todo lo contrario. Pero ten presente que esta evolución
exigirá un esfuerzo de tu parte.
En nuestra carta natal se ven claramente tanto las situaciones
que ya tenemos ganadas en Conciencia, aquellas, en las que tendremos suerte o
serán muy fáciles de adquirir, como aquellas que representan desafíos, dolor y
frustraciones. En síntesis, una carta natal no es más que un "mapa del
pensamiento de la persona". La combinación entre planetas refleja su
manera de pensar y ver las distintas situaciones de la vida. Las personas más
primitivas, las que no se cuestionan acerca del sentido de su vida y no
desarrollan un contacto más directo con su Espíritu, son las que responden más
fielmente a todo lo que está escrito en su carta natal. En esos casos, se puede
calcular hasta el día y la hora de sus sucesos principales. Por otra parte, las
personas que empiezan a elevarse espiritualmente, comienzan a escapar a los condicionamientos
planetarios. Por este motivo, es inútil hacerles la carta natal a los santos o
a grandes maestros espirituales, porque sus vidas están más allá de las
influencias astrales.
Volviendo a los casos más mundanos, si consideramos la carta
natal como un mapa del pensamiento, podemos deducir que "cambiando las
pautas del mismo, podemos cambiar el destino". En definitiva, lo que está
escrito es la situación a la que nos vamos a enfrentar pero no la resolución
final. Existe una tendencia en una determinada dirección; por eso se dice que
los astros "inclinan pero no obligan". A esta porción de libertad es
a la que llamamos "libre albedrío".
El libre albedrío no es más que la libertad que tenemos de
elegir nuestros pensamientos. Frente a una situación conflictiva, uno puede
elegir reaccionar como la víctima o como el que gana; o uno puede elegir entre
enojarse o aprender. Para hacer uso del libre albedrío es necesario actuar
conscientemente en la vida. Sin ninguna duda, podemos cambiar nuestro karma porque
éste no es más que otra idea que habita en nuestra Conciencia. El verdadero
metafísico aprovecha todo el conocimiento que se le brinda en su beneficio,
haciendo prevalecer su deseo y voluntad. En mi opinión, la acción del karma se
ha acelerado en nuestra época. Esto es así porque nos estamos moviendo dentro
de la Era de Acuario, en la cual accederemos a una nueva frecuencia de vida.
Para lograrlo, debemos primero desprendernos de una gran carga que nos ata al
pasado. La aceleración del karma hace que tengamos que reparar nuestros errores
en esta existencia y no en otras futuras.
Siempre les digo a las personas que nunca deben resignarse a
sufrir situaciones de carencia, pobreza, soledad, enfermedad, o cualquier forma
de negatividad. A la gente común se les ha enseñado a aceptar su infortunio
diciendo: "Es la Voluntad de Dios". Sin embargo, un metafísico o
cualquier persona que esté transitando por este camino espiritual sabe que la
"Voluntad de Dios es siempre su Felicidad". Cuando surgen los
problemas es porque, de alguna manera, estamos quebrando alguno de los
principios que estamos estudiando en este curso y lo que debemos hacer al tomar
Conciencia de ello es "reparar el error y cambiar positivamente".
Solamente funcionando como Dios lo hace, podremos vivir en la Tierra como en el
"Cielo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario